Si pudiésemos desarrollar el cómo ver la energía, comprobaríamos que todo en nuestro mundo, en realidad está hecho de energía. Pero para la mayoría de nosotros, este puede ser un concepto difícil de comprender, ya que estamos condicionados a percibir el mundo como algo real y sólido. Cuando somos niños, se nos enseña por ejemplo, que una mesa es una mesa, y un plato es un plato, y que estas dos cosas existen por separado, cuando de hecho, no existen. Podemos entender el concepto de energía como el único componente de la realidad, pero es difícil de comprender sin la experiencia de la misma. Para la mayoría de nosotros, es solo una cosa más que archivamos en el fondo de nuestras mentes y la olvidamos. Pero puedes experimentar la vida de esta manera. En realidad, es muy fácil ver la energía, y solo lleva un minuto.
Cómo ver la energía
Aquí hay un ejercicio simple que puedes probar y que te demostrará que las cosas no son tan sólidas como parecen:
Encuentra un espacio tranquilo y oscuro donde no lo molesten, preferiblemente uno donde haya una pared en blanco.
- Cierra tus ojos y relájate. Llega a un estado tranquilo de tu ser.
- Mantén los ojos cerrados e imagina en tu mente que hay un sol blanco muy brillante, justo frente a ti.
- Respira profundamente mientras te imaginas inhalando la luz blanca del sol. Imagina que cada vez que inhalas, estas atrayendo la luz hacia tu cuerpo. Imagina que con cada respiración, tu cuerpo se vuelve más blanco y brillante, al igual que el sol. Haz esto durante 3 o 4 ciclos de respiración.
- Respira un poco más mientras imaginas que la habitación en la que te encuentras también se llena de luz blanca brillante.
- Abre los ojos y mira a la pared en blanco o al espacio oscuro delante de ti.
Deberías poder ver lo que parece electricidad estática que lo cubre todo. Es posible que veas pequeñas partículas de luz brillante, o tal vez te des cuenta de lo que parece una película borrosa que parece estar cubriéndolo todo. Se puede comparar a ver un canal de televisión que está encendido, pero no está sintonizado ningún programa, por lo que la pantalla aparece granulada y parpadeante. Algunas personas describen a esta estática como de un color blanco o gris, mientras que otras la ven de todos los colores del arco iris, lanzándo a su vez pequeñas manchas. Sea lo que te aparezca, obsérvalo, piensa que es y mira como parece haber una cualidad en el mundo que parece de naturaleza energética. Esto es energía, y ahora puedes verla.


Una nueva perspectiva
Cuanto más practiques este ejercicio, más energía podrás ver. Notarás, por ejemplo, que hay lugares donde la energía se ha acumulado y se ha estancado, como en una habitación donde nadie ha abierto una ventana desde hace tiempo, o tal vez donde la gente acaba de discutir. Eventualmente podrás ver que los objetos que creías que eran sólidos, parecen tener una cualidad etérea y tenue. Incluso puedes observar el movimiento de la energía, lo que te brinda una perspectiva única sobre los lugares y las personas con las que puede que desees encontrarte y las que deseas evitar.
Una vez que aprenda a ver el mundo desde la perspectiva de que todo es energía, tu vida comenzará a cambiar. Eventualmente podrás ver la energía todo el tiempo, sin la necesidad de hacer ejercicios de visualización y respiración. Obtendrás un conocimiento experimental de que, de hecho, estamos hecho todos y todo de lo mismo. Verás la conexión de todo y, por lo tanto, los límites que creías que eran tuyos comenzarán a disolverse. Esto abrirá nuevos caminos para que explores, a su vez expandiendo tu conciencia y ampliando el alcance de quién y qué crees que eres.
Es bueno para todos vernos de esta manera, porque significa que es posible que aprendamos a ver el denominador común que tenemos debajo de lo que pensábamos que eran diferencias imposibles. Podemos comenzar a darnos cuenta de que todos estamos conectados y afectados entre nosotros, porque existimos en el mismo grupo gigante de energía. Podemos aprender a ver el mundo como parte de nosotros mismos y así tratarlo como tal.
Quién sabe… Tal vez incluso podamos descubrir cómo llevarnos bien. Por lo menos, esta es una excelente manera de enseñarnos a no tomar la vida tan en serio. Después de todo, ¡Todo es energía!