El cuerpo humano es un regalo increíble. Muchas veces, no le damos el cuidado que se merece y no lo tratamos de la manera mas adecuada. Es importante reconocer que nuestro cuerpo y nuestra alma están interconectados y que debemos nutrir ambos con regularidad. A menudo nos enfocamos en cuidar nuestro cuerpo físico, pero tendemos a olvidar que nuestras experiencias de felicidad, placer y bienestar están estrechamente conectadas con nuestro bienestar emocional y espiritual. La alimentación Espiritual nos ayudará a conectar de una manera mas sana con nuestro interior y nos ayudará a mejorar nuestro estado a un nivel físico, emocional y mental.
La comida puede tener un impacto significativo en nuestra alma y en nuestro bienestar emocional. La relación entre la alimentación y nuestro estado de ánimo es evidente, y numerosos estudios han demostrado que los alimentos que ingerimos pueden afectar de alguna manera nuestra salud mental y emocional.
Cuando comemos alimentos nutritivos y saludables, podemos experimentar una sensación de bienestar y energía positiva en nuestro cuerpo, lo que puede traducirse en un estado de ánimo más elevado y positivo. Por otro lado, cuando consumimos alimentos poco saludables o en exceso, podemos sentirnos lentos, cansados y hasta deprimidos.
Además, la forma en que comemos también puede tener un impacto en nuestro bienestar emocional. Comer con calma, saboreando y disfrutando los alimentos puede ser una experiencia placentera y satisfactoria, lo que puede contribuir a una sensación de felicidad y bienestar.
Si trabajamos en nuestra conexión con la Luz y cultivamos el amor incondicional a la hora de la alimentación, obtendremos alimento espiritual a la vez que tratamos a nuestro cuerpo.

Realizar la Alimentación Espiritual a través de 5 puntos
1. La alimentación espiritual consciente
El comer conscientemente trata de prestar atención al acto de comer en si y al estar presentes en el momento mientras lo realizamos. Consiste en enfocarnos, en estar totalmente centrados en el sabor, la textura, el olor y en la apariencia de los alimentos, así como en las sensaciones físicas que experimentamos mientras comemos los alimentos.
Además, comer conscientemente implica ser conscientes de nuestras emociones y pensamientos mientras comemos. A menudo, podemos sentirnos tentados a comer en exceso o a comer ciertos alimentos por razones emocionales, como el estrés o la ansiedad. Comer conscientemente nos ayuda a reconocer estos patrones y a tomar decisiones alimentarias más saludables y conscientes.
Al comer conscientemente, también podemos disfrutar de los alimentos de una manera más profunda y satisfactoria. En lugar de comer rápidamente sin prestar atención, podemos saborear y disfrutar cada bocado, lo que puede ayudarnos a sentirnos más satisfechos y saciados con menos comida.
2. Opciones dietéticas
Existen muy pocos libros que aborden el tema de la alimentación espiritual como práctica y el proceso de alimentar el alma. Es fundamental comprender por qué elegimos ciertos alimentos y cómo nuestra elección de los alimentos puede afectar significativamente a nuestro bienestar y a nuestra salud. En realidad, somos lo que comemos y, sin embargo, muchas personas no tienen conciencia de lo que comen, no son conscientes de la baja calidad de la gran parte de los alimentos que tenemos disponibles y se resisten a modificar sus hábitos alimenticios.
Una de las razones por las cuales muchas personas no tienen una alimentación espiritual adecuada para nutrir su alma es que gran parte de sus elecciones de alimentos son impulsadas por adicciones físicas o necesidades emocionales. A menudo intentamos llenar el vacío de otras áreas de nuestras vidas a través de la comida. Otra razón es la familiaridad: estamos acostumbrados a consumir ciertos alimentos y no otros, porque eso es lo que nos daban de comer cuando éramos niños. Sin embargo, estas situaciones no nutren nuestro ser interior y engañan a nuestros cuerpos para que piensen que están recibiendo el alimento adecuado, cuando en realidad no es así.
La alimentación es una de las formas de las que incorporamos grandes cantidades de negatividad y dañamos a nuestros cuerpos debido a elecciones poco saludables de los alimentos. Lo que no pretendo es ofrecer una guía nutricional específica para el cuerpo. Las siguientes pautas están destinadas a nutrir a nuestro ser interior. Ya sabemos que necesitamos consumir más verduras, reducir la ingesta de azúcar y evitar las grasas saturadas.
Elije alimentos cultivados orgánicamente siempre que sea posible.
Cuando adquirimos alimentos orgánicos, se está eligiendo alimentos que se produjeron sin la utilización de pesticidas ni herbicidas sintéticos. Al elegir estos productos, contribuimos al alejamiento de la agricultura industrial convencional, la cual depende en gran medida de productos químicos tóxicos al cultivar. Al apoyar los alimentos cultivados de manera orgánica, se está alimentando no solo el cuerpo, sino también el alma. Además, se está ayudando a las vidas de los trabajadores de alimentos que a menudo entran en contacto con estos pesticidas. La elección de alimentos orgánicos representa una victoria para uno mismo, para los animales, para los trabajadores y para el medio ambiente. Es un componente clave para una alimentación consciente, saludable y de alimento espiritual.

Consumir productos de animales criados y tratados humanamente
Gran parte de la carne y los productos lácteos provienen de granjas industriales que someten a los animales a vidas de intenso dolor, miedo y sufrimiento. Es inadmisible apoyar un sistema agrícola que inflige tanto sufrimiento bajo la falsa premisa de que lo necesitamos para alimentarnos. Además, las granjas industriales generan grandes cantidades de metano, lo que contribuye significativamente al cambio climático.
Esta preocupación ética también se extiende a los trabajadores agrícolas y productores de alimentos. Por ello, siempre que sea posible, se recomienda comprar productos certificados del Comercio Justo para alimentar no solo al cuerpo, sino también el alma. De lo contrario, los alimentos que se consumen fueron cultivados, cosechados, distribuidos y empacados por personas que pueden haber soportado terribles condiciones de trabajo o que ni siquiera recibieron un salario digno. La participación en esta economía a través de las compras contribuye, quizás sin saberlo, a la continuación de esa explotación laboral. Al comprar de manera justa, se honra y respeta el esfuerzo que otros han realizado para preparar los alimentos que nutren el cuerpo y el alma.
Evita la comida rápida y procesada.
Estos alimentos procesados contienen aditivos sintéticos y otros ingredientes que no son beneficiosos para nuestra salud ni para la nutrición de nuestro cuerpo y alma. Los alimentos procesados carecen de los nutrientes presentes en los alimentos frescos y están diseñados para ser de alguna manera alimentos adictivos para que consumamos más.
Comer fuera de casa puede ser un verdadero desafío para aquellos que se preocupan por la calidad y el origen de los alimentos, sobre todo cuando tenemos niños. Debemos ser cuidadosos a la hora de elegir los platos e intentar evitar aquellos que provengan de granjas industriales y vegetales rociados con pesticidas. Los restaurantes vegetarianos y veganos, aunque no siempre, pueden ser una buena opción para obtener alimentos orgánicos y de alta calidad que nutran al cuerpo y al alma, aunque a veces busquemos otro tipo de alimentación orientada mas a la carne o al pescado.
El agua limpia y pura debe ser nuestra bebida principal para la alimentación espiritual.
Asegúrate de que el agua que consumes esta libre de contaminantes, como el fluoruro, cloro, metales pesados y restos de medicamentos farmacéuticos que pueden acumularse en el agua potable municipal. Para lograr esto, es recomendable utilizar un sistema de filtración de agua en casa. El agua embotellada debería evitarse a menos que no haya acceso a agua filtrada, ya que puede contener altos niveles de contaminantes o toxinas plásticas que se filtran con el tiempo. Además, el uso de botellas de plástico para el agua no es algo sostenible, ya que consume grandes cantidades de petróleo para producir un artículo de un solo uso que termina en un vertedero o contamina el océano. Una de las alternativas más sostenible es utilizar botellas reutilizables de metal o vidrio, que contribuirá a nutrir al alma y a proteger el medio ambiente.
Minimizar o eliminar los refrescos y el alcohol.
Las bebidas carbonatadas contienen altas cantidades de azúcar, aditivos artificiales, cargadas de edulcorantes y colorantes sintéticos. El consumo excesivo de alcohol puede tener efectos negativos en nuestra salud espiritual y física. El alcohol, cuando se consume con moderación, puede formar parte de una alimentación saludable, pero el exceso de alcohol puede ser tóxico para nuestro cuerpo y aumentar la carga de trabajo del hígado para desintoxicar el cuerpo. Es importante ser consciente de la cantidad y la calidad de las bebidas que consumimos para nutrir tanto el cuerpo como el alma.
3. Bendice tus comidas
Bendecir la comida y la bebida es una práctica espiritual importante para la alimentación espiritual y la nutrición del alma. Cuando bendecimos la comida, reconocemos de alguna manera la interconexión con todas las cosas. El alimento que tenemos en el plato es el resultado del trabajo de muchas personas y de multitud de procesos. Desde los agricultores que cultivaron los ingredientes, hasta los trabajadores que los cosecharon, empaquetaron, enviaron y lo vendieron. Cada uno tuvo un papel importante en proporcionar ese alimento. Incluso el agua que bebemos, es en ocasiones el resultado del trabajo de otros. Al bendecir nuestra comida y bebida, honramos y agradecemos a todas las manos que contribuyeron a su creación y que de alguna manera han ayudado a nutrirnos.
Si reflexionamos sobre el número de personas involucradas y la cantidad de energía necesaria para producir los alimentos que consumimos, podemos apreciar su verdadero valor. Al bendecir nuestra comida y bebida, mostramos agradecimiento por todo el esfuerzo que se ha realizado para tener los alimentos que vamos a disfrutar y emitimos de alguna manera una energía positiva hacia ellos. Si consideramos los alimentos como un regalo espiritual, elevamos la frecuencia energética de lo que consumimos, y los apreciamos más allá de su valor nutritivo.

4. Realizar ejercicio y un descanso adecuado
A menudo no consideramos el ejercicio como una práctica espiritual, pero es esencial para cultivar el amor incondicional hacia uno mismo. El ejercicio es algo que nuestro cuerpo necesita y es nutritivo para nuestra alma. Sus beneficios son innegables, incluso diez minutos diarios de ejercicio al día pueden agregar años a nuestra vida. Si permitimos que la enfermedad se arraigue por nuestra falta de actividad física, no estamos nutriendo nuestro ser interior ni honrando el recipiente sagrado que es nuestro cuerpo. Es importante ver el ejercicio como una forma de cuidar nuestro cuerpo y nuestro espíritu al mismo tiempo.
Como lo es de importante el ejercicio, también lo es el descanso. Dormir lo suficiente es esencial para nutrir a nuestro ser interior. Varios estudios han demostrado los efectos negativos de la privación del sueño en nuestro cuerpo. Aunque muchas personas creen que pueden funcionar con solo unas pocas horas de descanso, a menudo se engañan utilizando estimulantes como la cafeína para mantenerse despiertos. La privación del sueño a menudo ocurre cuando intentamos hacer más trabajo o ganar más dinero. En nuestra sociedad, se valora la eficiencia y la productividad, y se descarta la necesidad de un descanso adecuado. Sin embargo, permitirse descansar es una de las mejores maneras de nutrir a nuestro ser interior.
Si tenemos dificultades para dormir, hay varios principios de salud del sueño que podemos seguir, como por ejemplo evitar los dispositivos electrónicos durante al menos una hora antes de acostarnos.
5. Mimarse para nutrir nuestro alma
Muchos de nosotros puede que no practiquemos el suficiente amor propio por nuestro cuerpo. A menudo, seguimos una mentalidad anticuada que nos enseña que debemos sacrificarnos para crecer espiritualmente. Sin embargo, esta idea basada en la escasez no es que sea la mejor opción, ya que niega la importancia de los placeres mundanos en nuestro camino hacia el crecimiento personal. Aunque si que es cierto que el apego que podemos tener a los bienes materiales puede estar relacionado con nuestro ego, la negación de todo placer mundano no es la respuesta idónea para alcanzar la iluminación.
La alimentación espiritual consta de alimentarse a uno mismo tanto físicamente como emocionalmente con amor. Los masajes, el yoga restaurativo, nadar en el océano, las pedicuras, tumbarse en el césped ó tomar un baño tibio, son formas de nutrir al cuerpo y al alma. Muchos de estos placeres tan simples, como caminar por la naturaleza o tomarse un baño tibio, no requieren mucho dinero y pueden ser una forma esencial de cuidado personal. Por ejemplo, encontrar un tiempo para cuidar de nuestros pies puede ser algo muy restaurador, ya que de alguna manera les agradeces el apoyo que te brindan constantemente. Estas actividades a menudo pueden considerarse lujosas, pero estudios han demostrado que son tan importantes para restaurar nuestra mente y cuerpo, como pueden ser el sueño y la alimentación.
Más allá de ser reparador y beneficioso para el cuerpo, el acto de mimarse conlleva una verdad espiritual fundamental: nos recuerda que somos merecedores de recibir y no solo de dar. Al hacerlo, nos permite experimentar la alegría y el placer de sentirnos bien físicamente y de nutrir el alma con amor. Sin embargo, para muchos, la capacidad de recibir es limitada. Vivimos en una sociedad donde se nos enseña la independencia y el cuidado personal, y nos inculca la creencia de que no debemos depender de los demás. Muchas personas se sienten indignas de lo que se les da, luchando con la falta de amor propio y la sensación de que no merecen las cosas buenas que llegan a sus vidas.
Es importante recordar que todos estamos interconectados y que recibimos de los demás. Pero a menudo negamos nuestra capacidad de recibir por miedo, falta de amor propio o castigo. Sin embargo, aprender a recibir es clave para nutrir a nuestro alma. Si no podemos amarnos y aceptar el amor de nosotros mismos, ¿Cómo podemos esperar recibir las bendiciones de la Luz?…
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Considera tu alimentación y las elecciones que haces para nutrir tu cuerpo y alma. ¿Las considera parte de tu práctica espiritual?…. ¿Cree que los alimentos que consumes te nutren energéticamente?…. La próxima vez que comas, reflexiona si lo que está consumiendo te anima o simplemente te satisface.
Considera cada comida como el resultado de un viaje. ¿Piensas en las personas cuyo trabajo fue necesario para que la comida llegue a tu mesa?… La próxima vez que comas, observe cada uno de los ingredientes e imagina todo lo que cada uno de ellos tuvo que atravesar para llegar a tu plato.